Identificando el problema
Uno de los problemas a los que se enfrentan algunas personas altamente sensibles (PAS) es la crítica. Estas personas suelen tener baja autoestima, lo cual incrementa su sensibilidad a la crítica. Cuando les sale algo “mal” enseguida buscan culpables o, lo que es peor, se culpabilizan a ellos mismos. Por eso y de forma innata, intentan evitar los errores a toda costa. Hay quienes, incluso, son extremadamente perfeccionistas, pretendiendo hacer las cosas bien a la primera. Esto les conduce a un estado de estrés constante y a un diálogo interno muy autodestructivo.
Estas personas son excelentes a la hora de comprender a los demás y compadecerse de ellos. Sin embargo, cuando se trata de ellos mismos se muestran bastante más autocríticos. Cuando reciben críticas de los demás suelen tener una reacción emocional fuerte. El problema es que cuando se les hace un comentario negativo, muy a menudo, lo reciben como crítica, o piensan que algo en ellos está mal, incluso si ese algo fue causado por otros. Pueden reaccionar quedandose destrozados, poniéndose a la defensiva y acusar a la persona que le está criticando, o teniendo una serie de comportamientos compensatorios.
Pueden convertirse en perfeccionistas, excediendo las expectativas para evitar el más mínimo error. En otras ocasiones, evitarán situaciones en las que pueden estar expuestos a la crítica. Incluso, las personas de su entorno pueden evitar hacerles comentarios para que no se sientan mal u ofendidos. Sin embargo, esto les puede dejar en un mundo de falsa realidad en la que no reciben comentarios o reciben mensajes contradictorios, pues al ser tan sensibles se dan cuenta de que hay algo que no les están diciendo, o de que algo anda mal.
Cuando esto mismo le pasa a alguna persona conocida, una PAS reacciona siendo comprensiva y alentadora con ella. No es que sienta lástima por ella o piense que a esta persona le falta autoestima. Sencillamente, es compasiva con ella mostrándole indulgencia y no criticándola. De esta manera, está ayudando a esta persona a recuperarse de sus fracasos y contratiempos en los que haya podido incurrir.
Al mostrarse compasivo con ella, la otra persona es más capaz de evaluar de forma más realista su capacidad y su entorno, pues nadie le está pidiendo que sea perfecta. La PAS es excelente para mostrar a esa persona que no importa si no es perfecta o excelente en su empeño, sino que le da su cariño, especialmente si esta persona está aprendiendo algo nuevo. La PAS es muy empática con los demás y sabe muy bien cómo ayudarles.
Comportamiento de las personas PAS
¿Por qué entonces muchas PAS no actúan así con ellas mismas? Les cuesta ser compasivas consigo mismas. Les cuesta ser amables y no juzgarse por sus “errores”. A mi modo de ver, una de las razones por las que las PAS, a menudo, no pueden ser autocompasivas y se autocritican es porque aún no conocen bien su rasgo y pretenden llevar una vida de no-PAS. Su diálogo interno se convierte en un “infierno”, pues pretenden ser quienes no son. Una PAS debe hacer un trabajo de autoconocimiento y de revisión de su vida con nuevos lentes, los del conocimiento de su rasgo.
Tras replantear su vida desde esta nueva perspectiva, puede comprender sus dones y sus limitaciones, y debe entender que ser PAS es un “arma de doble filo”. Lo que debe aprender es a usar su alta sensibilidad en su beneficio y el de los demás, y no en su contra.
De esta forma, la PAS puede empezar a tener un diálogo interno más positivo y ser más compasiva consigo misma. Ya sabe quién es y qué límites poner, pues se conoce y sabe hasta dónde puede llegar y cuándo decir “no”. Aunque con menos intensidad, seguirá reaccionando a la crítica, pero no más que cualquier otra persona. Entonces, lo que debe hacer es trabajar los disparadores o detonantes que le hacen reaccionar a los comentarios ajenos, siendo así más autocompasiva que autocrítica. Esto no siempre es fácil hacerlo solo, por lo que es altamente recomendable dejarse acompañar por una profesional experto en alta sensibilidad.